52Views 0Comments
Los implantes faciales son una solución única para aumento en el envejecimiento de la cara y realzan la cara juvenil, Aunque existe muchos tipos de lifting y procedimientos de relleno, los implantes faciales ofrecen una solución permanente pero reversible.
Las opciones de tratamiento para el rejuvenecimiento del tercio medio facial incluyen procedimientos de lifting, rellenos sintéticos inyectables, grasa autóloga e implantes faciales. Cada opción de tratamiento trae ventajas y desventajas, pero en la opinión de este autor, los implantes del tercio medio de la cara por múltiples razones son una elección óptima en el promedio de los pacientes.
Los implantes faciales son una solución única para aumento en el envejecimiento de la cara y realzan la cara juvenil; aunque existe muchos tipos de lifting y procedimientos de relleno, los implantes faciales ofrecen una solución permanente pero reversible. Esto suena como un oxímoron, pero el hecho es que cuando son colocados en el plano subperióstico y anclados con tornillos de fijación; no hay hacia dónde puedan ir, no descenderán o se desplazarán con el resto de los tejidos blandos de la cara que envejecen, por lo tanto, son permanentes. Los implantes de Silicon pueden ser removidos fácilmente, porque se rodean con una cápsula bien definida y solo toma unos minutos removerla.
El procedimiento del lifting recaerá, los rellenos temporales serán absorbidos, las inyecciones de grasa pueden atrofiarse y los rellenos permanentes pueden volverse ptósicos con los tejidos blandos circundantes; así que las ventajas del aumento permanente son obvias.
Materiales de implantes
Los implantes faciales vienen en una vasta variedad de formas, tamaños y materiales que los hacen convenientes para casi todos los pacientes. También pueden ser fabricados con diseño asistido por computadora (CAD- CAM, siglas en inglés para Computer-assisted design/ Computer – assited manufacturing). Los implantes faciales proveen aumento en tres dimensiones y son también útiles, puesto que pueden cambiarse fácilmente para tamaños más pequeños o más grandes.
Existen numerosos materiales de implantes aprobados por la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos, algunos son:
- Goma de silicón
- Politetrafluoretileno expandido (PTFE)
- Polietileno poroso.
Estos implantes son biocompatibles y aunque cualquier implante puede tener éxito cuando es debidamente integrado, cada material tiene sus ventajas y desventajas.
Muchos cirujanos utilizan implantes de polietileno poroso, pero estos pueden tener desventajas significantes; si son rígidos, no se adaptan a la anatomía del hueso subyacente y al igual que los implantes flexibles, son difíciles de recortar y ajustar. Cuando se colocan implantes flexibles, pueden utilizarse incisiones pequeñas y los implantes pueden ser torcidos o doblados para facilitar la inserción.
Si un implante sólido y duro se asienta fuera, en el hueso, su lomo puede ser muy afilado y palpable, mientras que un implante flexible y suave será mucho menos notable. La mayoría de estos inconvenientes no son críticos, pero el inconveniente más grande de los implantes de polietileno poroso es su dificultad para ser removido. La naturaleza porosa del material hace que se integren a los tejidos de forma significante. Esto puede ser una influencia positiva en términos de estabilización del implante, pero también presenta dificultades extremas cuando se intenta removerlos.
Remoción de implantes
Muchos cirujanos han invertido muchas horas difíciles en remover los implantes de Polietileno poroso. Puesto que no hay un tejido fibroso de encapsulación y un tejido distinto crece en su interior; su remoción poder muy traumática y no es raro alterar los músculos y otros tejidos blandos que se unen a la superficie del implante.
Esto puede dañar también los nervios circundantes que son atrapados en dicha masa de tejidos. Tales implantes pueden volverse tan adherentes que llegan a fragmentarse durante su remoción, dejando diminutos pedazos remanentes que son difíciles de remover o desbridar completamente.
Los implantes sólidos de PTFE pueden a veces ser difíciles de remover también, aunque no al punto de los implantes porosos. Los implantes de goma de silicón quedan como los implantes más fáciles de remover, por sus cápsulas fibrosas bien desarrolladas.
Cualquier cirujano que coloca cualquier tipo de implantes faciales debe anticipar las cualidades positivas y negativas e informar al paciente el problema potencial.
Los implantes de mejillas han existido durante décadas y han caído dentro y fuera por varias razones:
Uno de los más grandes problemas de los primeros implantes y la posición recomendada de los mismos producían resultados en “bloques” poco naturales, que eran muy aparentes. Ellos también eran usualmente colocados a un nivel alto en el complejo cigomático-malar, dando una apariencia exagerada y poco natural.
La última década ha traído un refinamiento, tanto en la forma del implante como en su colocación. Los implantes del tercio medio de la cara contemporánea están disponibles en muchos tamaños y formas, y tienen diferentes indicaciones dependiendo de las necesidades estéticas. Estos implantes anatómicos también han dado paso a técnicas quirúrgicas más conservadoras, diseñadas para proveer un blanco preciso y una apariencia natural para el aumento de varias regiones específicas del tercio medio de la cara.
Tercio medido de la cara
Selección del implante
La dificultad más grande encontrada por el cirujano de implantes principiante es entender que implante es apropiado para una indicación de envejecimiento dada. Qué implantes usar y dónde ponerlos puede ser confuso. Aunque esto está relacionado con la preferencia personal.
La base de la selección del implante yace en reconocer dónde han ocurrido los cambios del envejecimiento en la cara y si ellos son de naturaleza simple o múltiple. A medida que los pacientes envejecen, pierden volumen en la región submalar anterolateral y la región de la fosa canina. Si el cirujano presta mucha atención, notará que la pérdida de volumen facial representa un cambio de envejecimiento temprano (final de la tercera, principio de la cuera década) lo cual es visible virtualmente en todos los pacientes sin importar su género.
Muchos practicantes estéticos y la mayoría de los pacientes no son conscientes de este fenómeno a menos que se le señale. Si el cirujano le pasa un espejo de mano al paciente y le pide que sonría, el elevador del labio sube la grasa malar ptósica y produce una apariencia más juvenil. Esta simulación causará que muchos pacientes comenten “Así lucía cuando era más joven”. Si sostiene los tejidos elevados en su lugar con el dedo pulgar e índice y le pide al paciente que relaje su sonrisa, el volumen del tercio medio de la cara rápidamente caerá a la posición inferior en la cara de su edad, cuando los dedos son relajados.
La grasa de la mejilla juvenil se convierte más tarde en la quijada.
Tener al paciente reclinado en la silla de examen también “reposiciona” las mejillas ptósicas a una posición más juvenil y puede ser usado para ilustrar el envejecimiento y una corrección predictiva. Una observación de cerca mostrará que muchos de estos pacientes tienen una región submalar hueca; pero un cigomático adecuado y bien definido, así como un estético malar.
Eso es para decir que a pesar de padecer pérdida de grasa submalar, tienen huesos de las mejillas proyectados adecuadamente. Este tipo de paciente es tratado mejor con relleno malar solamente, puesto que su problema (y además solución) no es una deficiencia malar, sino la pérdida de volumen submalar.
El profesional y el paciente deciden el tamaño y la configuración del implante antes de su colocación quirúrgica. Esto puede ser difícil para el cirujano principiante y comenzar con los casos más fáciles y más sencillos puede ayudar en la curva del aprendizaje del cirujano. Pacientes más jóvenes con implantes submalares básicos son un buen punto para empezar.
Como con otros procedimientos faciales, recostando al paciente de espaldas en la silla y anulando la gravedad, se permitirá que los tejidos ptósicos asuman una posición normal y darán al cirujano y al paciente una idea del resultado quirúrgico.